El documento revela que Uruguay alcanzó en julio el tercer nivel más alto de ponderación en el índice de deuda soberana JESG-EMBI, entre 73 economías emergentes, por sus indicadores ambientales, sociales e institucionales.
Los sostenidos avances y liderazgo demostrado de Uruguay en indicadores del medio ambiente, sociales e institucionales (ESG, por su sigla en inglés) se ven también reflejados en los mercados financieros globales y potencian la calidad crediticia del país.
Los rubros evaluados ponderan factores como igualdad de género, distribución de la riqueza, percepción sobre corrupción, desarrollo de energía renovable, estabilidad política, el estado de Derecho y la independencia del Poder Judicial.
La ponderación de cada país en el índice mencionado toma en cuenta la estabilidad macroeconómica y la solvencia financiera de un país, así como la sustentabilidad medioambiental, social e institucional, que influyen en las decisiones de inversores internacionales y en fondos soberanos en renta fija en el mundo.
Por ejemplo, entre los factores ambientales, se tomaron en cuenta las emisiones de efecto invernadero, uso de combustible fósil y desarrollo de energía renovable.
Con respecto a los factores sociales a ser tenidos en cuenta, se incluye la igualdad de género, distribución de la riqueza y percepción de corrupción.
Entre los factores de solidez institucional, se toman en consideración, entre otros, la estabilidad política, el estado de derecho y la independencia del Poder Judicial.