Será el primer centro del país con esas características y uno de los pocos en América Latina. El objetivo es generar un espacio de investigación e intercambio de conocimiento, desarrollo tecnológico y experiencia, en tecnologías sostenibles de saneamiento para aplicar en localidades que no cuenten con los sistemas adecuados y cuenta con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El derecho al agua y saneamiento es un derecho humano fundamental. Así está establecido en nuestra constitución, siendo Uruguay uno de los primeros países en consagrarlo en el año 2004.
El centro representa un gran desafío porque implica abordar diferentes soluciones de saneamiento para personas que viven en localidades pequeñas que no cuentan con redes de saneamiento colectivo. El desafío está dado en lograr un trabajo interinstitucional conjunto, mediante el cual todas las partes involucradas puedan identificar y acordar los temas de interés y las acciones a emprender.
En Uruguay muchas localidades pequeñas, al igual que muchas periferias de los grandes centros urbanos, ciudades costeras y población rural, no cuentan con redes de saneamiento. Mientras no se implementen los sistemas de red tradicionales, es preciso llevar a cabo otras opciones para gestionar los líquidos residuales domésticos de manera adecuada con el fin de mejorar la calidad de vida de la población, evitando riesgos sanitarios y ambientales.
El derecho humano al acceso al agua y saneamiento es un tema fundamental que tiene una relación estrecha con los estándares de una vida digna. Nuestro país tiene una cobertura de 98% de acceso al agua potable. Estamos en los primeros lugares del ranking en cuanto a cobertura y calidad del abastecimiento de la misma a nivel mundial. Es preciso seguir trabajando en forma mancomunada en todas las actividades vinculadas con el uso y preservación de la misma para brindar a toda la población agua de calidad y saneamiento adecuado.