
Desde el año 2006 se dispuso que todos los vacunos estuvieran identificados con una caravana electrónica y una visual, buscando garantizar su trazabilidad. Esta es una herramienta que posibilita acoplar a los productos cárnicos exportados información relevante para los consumidores a través de aplicaciones para celulares, de forma de garantizar todo aquello que es valorado en la decisión de compra (origen, autenticidad, especificaciones de producto y control de procesos, entre otros).
La obligatoriedad de la misma, conjuntamente a la inversión que hace el Estado en la compra de vacunas, distribuidas en forma gratuita, permitió abrir y mantener los mercados más rentables a la producción.
El costo de cada par de caravanas de trazabilidad es de 1,38 dólares y se entregan de forma gratuita a los productores. A la fecha se han comprado 42 millones de caravanas de trazabilidad bovina.
Se han logrado importantes avances en la capacidad agroexportadora y la implementación de procesos de agregado de valor como la trazabilidad, con el permanente mantenimiento y apertura de nuevos mercados, fundamentalmente para rubros tradicionales del país, por ejemplo, duplicando la cantidad de mercados para carnes, que pasaron de 60 a 120.