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Informe de la UT de Salud del FA al Secretariado Ejecutivo


  1. Caracterización de la etapa

 

Uruguay se encuentra transitando una nueva ola de COVID 19, en la que predominan dos cepas: Ómicron y delta. En los últimos días, atentos a la evolución epidemiológica todo parece indicar que la primera se ha vuelto hegemónica. La cepa Ómicron, por lo que se ha visto en el mundo, se caracteriza por ser altamente transmisible, afectando sobre todo vía aérea superior. Evade la inmunidad conferida por las vacunas en muchos casos, disminuyendo su transmisibilidad en personas con inmunización completa y refuerzo. Sin embargo, las vacunas sí confieren protección para la enfermedad grave y fallecimiento.

Se entiende que la población de mayor riesgo de generar enfermedad grave es aquella que no se ha vacunado, aquellos en los que por estar comprometida su respuesta inmunitaria recibieron la vacuna y no generaron inmunidad, y los que presentan comorbilidades importantes (un tema a tener en cuenta son las personas que recibieron las vacunas hace más de 180 días).

En esta ola vemos un incremento muy alto de casos, con un rápido crecimiento exponencial. Aun cuando esta variante, así como el hecho de ocurrir esta ola luego que un gran porcentaje de la población se encuentra vacunada, parece determinar un menor número de hospitalizaciones, ingreso a CTI y fallecidos (como se vio en países que transcurrieron antes que Uruguay esta ola de Ómicron), de todos modos, un cierto número de pacientes pueden presentar complicaciones y cada vida importa. Es muy pronto para saber si esta nueva cepa puede producir efectos post COVID 19 o reacciones del tipo de síndrome inflamatorio multisistémico diferido.

El aumento vertiginoso de casos, y el hecho de que muchos de ellos se estén verificando en departamentos como Rocha y Maldonado, los cuales aumentan su población en meses de gran afluencia turística, ha provocado un desborde del sistema asistencial, sobre todo en la Emergencia, sistema de urgencias y primer nivel de atención, así como en poder responder con una adecuada capacidad de testeo. Esto último dificulta el seguimiento de los contactos, y el establecimiento de los adecuados aislamientos, siguiendo los protocolos del MSP.

Esta saturación del primer nivel de atención no solo dificulta la atención de los pacientes COVID 19, sino que complica aún más la atención de pacientes con otras patologías, controles de enfermedades no transmisibles, salud mental, controles en salud, que ya venían con una atención deficitaria acumulada desde el año anterior.

El personal de salud se ha visto afectado, contando con un número muy alto de trabajadores cursando COVID 19 o aislados en este momento, lo que profundiza aún más las dificultades de atención a los usuarios.

No hubo una adecuada previsión en el aumento de recursos, tanto humanos como materiales, en departamentos que aumentan varias veces el número de personas a asistir en estos meses, lo que ha provocado una falta de capacidad de atención de los usuarios, llevando en muchos casos a deambular varios días personas sintomáticas o contactos asintomáticos de COVID 19, en la búsqueda de realizarse un test. (aumentando así el riesgo de contagio).

Ha habido una ralentización de la aplicación de la dosis de refuerzo (tercera dosis), lo que lleva a que Uruguay tenga una excelente cobertura de vacunación con una y dos dosis, (cercana al 80% de la población), pero que la cobertura con dosis de refuerzo (insistimos, la única que realmente ofrece protección frente a esta variante de SARS coV2), se encuentra aún por debajo del 50%. Recordemos que, además, no podemos contar con la inmunidad adecuada hasta transcurridos 15 días desde la inoculación de la tercera dosis. Y que la inmunización tiene un límite en el tiempo que está en estudio y deberá renovarse.

En el grupo de 12 a 18 años, muchos aún no se encuentran en oportunidad de recibir la dosis de refuerzo, siendo un grupo de potencial gran movilidad en este momento.

Se percibe una disminución en la percepción del riesgo de esta etapa de la epidemia que estamos cursando, que ha sido mantenida en lo discursivo por las autoridades en las últimas apariciones, deslindando responsabilidades, entrando en contradicciones entre MSP y Presidencia en cuanto a saturación del sistema sanitario, cuestionando el accionar de la oposición, la comunidad médica y sociedades científicas, intentando ponerlos como culpables y agoreros del desastre.

Entendemos que nos encontramos en un momento de gran incertidumbre, donde es difícil balancear el sentir de la población, que no admitiría de buen grado nuevos confinamientos o cierre de actividades, descontrol y laxitud en la aplicación de protocolos y aforos, ralentización de la vacunación, imprevisión en mantener la capacidad de respuesta desde el SNIS, sobre todo en el primer nivel y en los prestadores de departamentos que reciben gran afluencia turística, tanto nacional como internacional, así como una baja en la percepción del riesgo, con un aumento rápidamente exponencial de casos.

 

  1. Lineamientos generales para aportar a una respuesta manteniendo una mirada de mediano plazo y una referencia a la situación regional y mundial es imprescindible un plan de respuesta a la coyuntura crítica.

 

Creemos que es necesario plantear como puntos a solucionar en un plan concreto de respuesta a la crisis sanitaria:

  • Adecuar la comunicación hacia la población, con énfasis en el cuidado de los grupos vulnerables, respeto de los protocolos y aforos, equilibrando la necesidad del lógico descanso y disfrute, con el cuidado personal y de la comunidad. Promover medidas tendientes a disminuir la circulación y los contactos, pasar a teletrabajo en todas aquellas tareas en que este pueda realizarse.
  • Favorecer la vacunación de quienes aún no han recibido la dosis de refuerzo. En este punto, es importante analizar las causas que llevan a que muchos uruguayos no se hayan agendado aún, estableciendo estrategias para lograr se vacunen. En niños, asegurar la vacunación de las vacunas incluidas en el CEV.
  • Garantizar la atención correcta de todos los uruguayos y uruguayas en el SNIS, tanto los que cursan o son contactos COVID 19, como asegurar la atención adecuada en todos los niveles, de todas las patologías y controles de salud. Realizar un seguimiento de las personas y poblaciones vulnerables. Los protocolos de seguridad para el personal de salud deben repensarse en un escenario de nueva ola de contagios sin retroceso en la atención a la población en consulta con las organizaciones de trabajadores y la comunidad científica.
  • Trabajar en la racionalización del uso de métodos diagnósticos (test antigénico y PCR), apoyándose en el documento OPS y tomando en cuenta los aportes a realizar por parte de las Comunidad Científica.
  • Asegurar que todos puedan cumplir con las medidas de aislamiento en caso de necesitarlo, más allá del tipo de trabajo, formalidad o informalidad, garantizando su sustento. Agilizar y asegurar la certificación de los trabajadores, asegurando el aislamiento desde el momento de sospecha de caso. El Estado debe poner en juego todos los mecanismos a su disposición para ello.
  • Dotar al PNA de los recursos suficientes para cumplir con la atención de todas las usuarias y usuarios referidos a este nivel de atención.

 

Una vez más desde el Frente Amplio entendemos que es el gobierno y las autoridades sanitarias nacionales quienes tienen la potestad indelegable de tomar las decisiones y seguimos reivindicando la necesidad generar espacios para un gran diálogo nacional con participación de la academia, las organizaciones sociales y los partidos políticos en el entendido que el mismo construya la viabilidad de las medidas necesarias para enfrentar esta nueva etapa de la ya prolongada y desgastante crisis sanitaria.”

Montevideo, 17 de enero de 2022

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