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Documento de coyuntura aprobado por el Plenario Nacional


RUMBO AL URUGUAY DE LA ESPERANZA Y EL DESARROLLO

Uruguay atraviesa el cuarto año de gobierno de la coalición de derecha encabezada por el presidente Luis Lacalle Pou y como consecuencia de las políticas que aplica, la enorme mayoría de las uruguayas y uruguayos vivimos peor, mientras solo favorece a minorías privilegiadas que han recapturado una porción muy importante de la renta nacional.

En junio de 2022 advertimos en la declaración de nuestro Plenario Nacional que Uruguay atravesaba una crisis económica y de seguridad, situación que se ha profundizado. El modelo de país de la Coalición de Gobierno aumenta la desigualdad, aumenta la pobreza, sube el costo de los productos de primera necesidad, empeora la calidad del empleo, cae el salario real y las jubilaciones y pensiones, se recortan las políticas sociales, y fracasa su política de seguridad. El Estado se retira.

Advertimos que la situación económica empeora y la inacción del gobierno profundiza los problemas y no da soluciones a las necesidades cotidianas de la gente.

El país atraviesa la peor crisis hídrica de la historia del Uruguay, que se profundiza por las malas decisiones políticas, de gestión, privatizadoras, que desmantelan OSE y que han llevado a que la mitad de la población reciba en su casa agua no potable. Esta crisis tiene diferentes dimensiones y afecta a todo el país, a los pequeños y medianos productores rurales que ven afectada su capacidad de producción, a la industria que también tiene problemas.

La devastadora coyuntura comercial y económica de los departamentos fronterizos tiene graves consecuencias para los comercios y trabajadores y trabajadoras, sin que haya medidas de mitigación. Es necesario que el gobierno nacional asuma un abordaje integral de la situación.

Inspirado en la concepción privatizadora y neoliberal del Estado del gobierno de coalición, hegemonizado por el herrerismo, que lleva adelante un plan de desmantelamiento que desarticula las capacidades instaladas que pusieron a Uruguay en la avanzada en las políticas de desarrollo de un mundo en transición. Se entregó el Puerto a una multinacional belga sin contrapartidas para el Estado y sin escuchar al parlamento. De esta manera, quedó en manos extranjeras la operativa y el manejo de ingresos de mercaderías al país, la salida de la producción y el trabajo nacional.

Con este Gobierno la pérdida del peso de las empresas públicas en el desarrollo nacional ha quedado en evidencia. La constante ha sido el ajuste, las iniciativas privatizadoras, la desinversión, achicamiento, entrega de negocios, atraso en la innovación y falta de planificación en OSE, UTE, ANP, ANTEL y ANCAP.

Al mismo tiempo dejó sola a la gente del campo, situación que comprobamos en las reuniones que estamos realizando con productores en todo el país. Más allá de discursos y puestas en escena del oficialismo, no hay medidas profundas para los productores y productoras, y tampoco para los consumidores que ven aumentar de forma sostenida el precio de las frutas y verduras.

Este año discutiremos la última rendición de cuentas con posibilidades de incrementos presupuestales. Un mojón importante donde se volverán a evidenciar dos modelos de país, en un periodo marcado por un encadenamiento de retrocesos para la mayoría de la población.

La receta de este gobierno se ha basado en un recorte generalizado en el gasto público y en el gasto público social en educación, salud, vivienda, políticas sociales, salarios y pasividades. La pésima gestión de lo público precariza aún más la vida de quienes más necesitan del Estado para sostenerse. El maquillaje fiscal, el aumento de la deuda, el clientelismo, la reducción y ausencia del Estado de áreas clave, acelera el deterioro de la vida de las personas.

Los dos proyectos de país también se ven reflejados en la política exterior. Mientras el Gobierno encabezado por Lacalle Pou sigue con una política errática y de ataque a la integración regional, mayor, que lo lleva a un aislamiento cada vez mayor, los nuevos gobiernos populares relanzan UNASUR, apuestan al fortalecimiento del MERCOSUR, a la unidad continental y a construir una América Latina como zona de paz.

Los resultados son negativos, Uruguay ha retrocedido en el prestigio diplomático mundial en términos de seriedad, confiabilidad, interlocución, presencia y desempeño en foros multilaterales. Los anuncios de inminentes acuerdos comerciales, entre otros, con China, Turquía y la Unión Europea son una evidencia de que en la política exterior priman los anuncios sin concreciones.

El Frente Amplio con la gente

Frente a esta realidad, nuestra fuerza política ha asumido con modestia, pero también con firmeza, su rol como el principal partido político del país. Somos una oposición firme en las ideas y que  entiende al  diálogo como vía  para encontrar soluciones  a los  problemas.  Con

capacidad de criticar y proponer, inspirados en los valores democráticos y republicanos de la enorme mayoría de las uruguayas y uruguayos.

Después de quince años de avances profundos, lejos de encerrarnos en una posición autocomplaciente, salimos al encuentro de la sociedad para escuchar y con base en eso, trabajar para fortalecer el proyecto progresista y de izquierda en Uruguay.

Contribuimos, junto al movimiento popular organizado, a la construcción de un movimiento masivo y potente que fue capaz de oponerse en forma y contenidos a la LUC. Pese a que no logramos la mayoría necesaria para dejar sin efecto los peores aspectos de una ley aprobada de espaldas a la gente y sin debate democrático de calidad, logramos 800.000 firmas y un enorme respaldo a la papeleta del Sí rosado, que reafirmó que no es posible legislar de cualquier forma.

Impulsamos en el marco del plan político un proceso de fortalecimiento de nuestra fuerza política, apostando de forma decidida al desarrollo de más y mejores comités de base, como elemento central para la acción política permanente. Estamos avanzando en la estrategia para contribuir a revitalizar el bloque social y político de los cambios.

El FA te Escucha fue uno de los pilares que reavivó el vínculo de nuestra fuerza política con el conjunto de la sociedad uruguaya. Con esa misma lógica llevamos adelante las giras “Por Uruguay, por el agro”, también de la Comisión Nacional de Cultura, contra la reforma jubilatoria, en un proceso de profundización del carácter nacional de nuestra fuerza política.

También trabajamos en la generación de un gran equipo con nuevas comisiones de Género y Feminismo, Interior, Cultura, Derechos Humanos, y Afrofrenteamplistas antirracistas.

Un programa de cambios Por Uruguay

Es tiempo de profundizar nuestras propuestas, de avanzar en la consolidación del modelo de cambio. En este sentido, el 26 de marzo asumimos 6 compromisos por Uruguay.

No tenemos dudas de cuál es nuestra prioridad: la infancia, las niñas y niños del Uruguay. Queremos volver al gobierno para implementar de inmediato un plan de apoyo a las infancias que nos permita atacar la pobreza estructural en la niñez.

El actual gobierno aprobó una reforma jubilatoria, que más que una reforma es un ajuste. Reforma que hará que la gran mayoría de las personas trabajen más años para cobrar menos y que empeoren las condiciones de acceso y cobro de las personas que enviuden o queden con algún tipo de discapacidad. Por esa razón, nos comprometimos a, al otro día de volver al gobierno, convocar a todos los actores para elaborar una reforma de la seguridad social que piense en el mundo del trabajo, que ya está en transformación a nivel global. Una reforma que piense en el Estado acompañando el trayecto de vida de las personas desde el nacimiento hasta la vejez. El Frente Amplio ya está trabajando en ese sentido. Esto no excluye otros mecanismos que puedan ser oportunamente evaluados por nuestra fuerza política.

Nos preocupa y nos ocupa profundamente la situación de la seguridad, que ha empeorado en todo el país. Por esa razón, a partir del primero de marzo del 2025 convocaremos un diálogo político y social para abordar de forma integral la política de seguridad, hasta entonces, seguiremos aportando en el parlamento para mitigar el fracaso de una gestión que profundizó los problemas.

Con autocrítica nos comprometimos a avanzar en un proceso de transición ecológica justa, que permita potenciar el desarrollo del país, sin dejar a nadie atrás. La protección de los sistemas naturales y la adaptación al cambio climático no deben ser vistas como un freno al desarrollo, por esto nuestro programa tiene el desafío de abordar la temática ambiental de forma transversal. Un proyecto de izquierda tiene que promover el desarrollo, pero no a cualquier costo social o ambiental. El desarrollo tiene que incluir a todos y todas y tiene que cuidar el planeta.

La Cultura será central para el Gobierno del Frente Amplio, por eso estamos trabajando para incorporar, en el proceso de elaboración programática, la dimensión cultural como un eje transversal, asumiendo la promoción integral del respeto a los derechos humanos. Nos planteamos como desafío desarrollar iniciativas que promuevan la diversidad creativa y disruptiva de las diversas expresiones artísticas. No es posible una sociedad solidaria y justa sin una cultura que promueva estos valores.

Nos comprometimos con las juventudes, incorporando al proceso de elaboración de nuestro programa las diversas temáticas que las impactan: la precarización laboral, los obstáculos en el acceso a la vivienda y la necesidad de que sean parte de un proceso de cambios en la educación entre otros.

Estamos elaborando un programa que busca interpretar e incorporar las aspiraciones de cambio de la enorme mayoría de las uruguayas y uruguayos. A eso nos abocaremos durante el resto del año. Haremos una gira por todo el país para construir amplios consensos sociales sobre nuestras bases programáticas, que se discutirán y aprobarán en el Congreso de diciembre, junto a las candidaturas que nos representarán en las elecciones internas.

Estamos en mejores condiciones para construir las mayorías que nos permitan llevar adelante un programa de cambios en Uruguay.

No habrá victoria popular si no somos capaces de trabajar con unidad. Esto supone articular con inteligencia y generosidad el proceso de construcción de amplios acuerdos programáticos y administrar con madurez los desafíos que nos presenta la elección interna de la candidatura a la Presidencia de la República.

En este mes en el que se cumplen 50 años del Golpe de Estado y de la heroica Huelga General, bastión de resistencia al fascismo y el autoritarismo, reivindicamos la lucha por la Verdad, Memoria, Justicia y Nunca más terrorismo de Estado.

Es preocupante el papel que toma en la agenda política, la urgencia del gobierno por reescribir la historia y un discurso oficial sobre el pasado reciente. El corrimiento de los límites atenta contra la convivencia democrática y la expresión más clara de esto es la aceptación de discursos negacionistas sobre el Terrorismo de Estado y la intención de reubicar el papel que jugaron diferentes actores políticos en la resistencia a la dictadura. Acciones concretas como lo son las iniciativas permanentes que fragilizan la defensa y garantía de los DDHH evidencian la intención del gobierno.

Cada día es más claro que en nuestro país existen dos proyectos de país. El de la coalición encabezada por el presidente Lacalle y el de las grandes mayorías de nuestro pueblo expresadas en el bloque social y político de los cambios. Tanto en la Rendición de Cuentas como en las rondas de consejos de salarios, habrá movilizaciones populares que el Frente Amplio acompañará.

Invitamos a quienes quieran ser parte del cambio a sumarse para construir juntos una alternativa pensando en la gente, con compromiso, seriedad y esperanza. A partir del primero de julio se abre una gran conversación a lo largo y ancho del país, para pensar con audacia y con las puertas abiertas, el país en que queremos vivir.

A trabajar ¡por Uruguay!

 Plenario Nacional Frente Amplio

Montevideo, 3 de junio 2023

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