En Lula saludamos al pueblo brasileño que con su voto reivindicó la democracia, la esperanza y el progreso frente al autoritarismo, el odio y el retroceso bolsonarista.
Su triunfo, que desnuda la ferocidad de la persecución con la que se pretendió destruirlo políticamente y lo convierte en el primer mandatario democráticamente electo en tres oportunidades en la historia de Brasil, es también el triunfo de un vasto movimiento en favor de un país identificado con su institucionalidad democrática, comprometido con su desarrollo económico, social y ambientalmente sostenible; respetuoso de su identidad y diversidad, integrado en sí mismo e involucrado activamente tanto en su región como en la comunidad global.
Muchos y complejos son los desafíos que deberá encarar el gobierno que asumirá funciones el 01.01.2023, entre ellos los derivados de una sociedad electoralmente polarizada y de la cual amplios sectores se identifican con expresiones políticas que promueven la intolerancia, la violencia, la exclusión y la desigualdad social así como la concentración del poder y la riqueza.
En todo presente hay varios futuros posibles, pero el presente abierto con la tercera elección presidencial de Lula da Silva hace posible un futuro mejor para el pueblo brasileño.
Un futuro que también puede ser el nuestro, porque a pesar de todo, los pueblos siempre vuelven y avanzan.